El título de este informe alude más bien a las fronteras que abre el internet tomando en cuenta lo que se conoce como "La Larga Estela". Cuando hablamos de larga estela, más bien hablamos de lo que no tiene una demanda marcada, es decir, los consumidores de este tipo de productos no se concentran en un sólo lugar, sino que están dispersos por el mundo, y por lo mismo, el éxito no se presenta para estos oferentes ya que en un sólo pueblo figuran como minorías.
Internet nos otorga una nueva modalidad de compra, en la cual no es necesario siquiera estar en el mismo continente para poder comprar algo -sino que estando lejos de la sede de la empresa podemos acceder a estos productos, así tambièn podemos inferir que las tecnologías de transporte también influyen en este fenómeno- es ahí, cuando esta herramienta entra en juego, a través de la web, personas de cualquier parte del mundo acceden a la posibilidad de adquirir algo que les guste, y que no sea necesariamente masivo -como anteriormente se acostumbraba-, sino que puede acceder a productos marginales o alternativos sin tener la necesidad de viajar al país en el cual el producto en cuestión se encuentra o se requiere.
Es así, como bandas o directores de cortometrajes -entre muchos otros- tienen la capacidad de surgir sin que su producto le guste a todo el mundo, o a la mayoría de la población de una ciudad -para saber si venderla o no ahí- sino que pueden ser conocidos por un público específico (como por ejemplo las tribus urbanas de Santiago).
Como resultado de todo lo anterior, los oferentes tienen la capacidad de ampliar su mercado enormemente abarcando ese gran número de minorías, obteniendo claramente una mayor oferta. A los "productos minoría" también los beneficia ya que tienen la posibilidad de ser conocidos por las minorías a las que se enfocan.
Fuente: The Long Tail
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